lunes, 17 de septiembre de 2012
Art
No podía creerme lo que tenia entre las manos, era un cuadro, un retrato, mío. Pero esa no era yo, al menos no la yo que se miraba cada día al espejo. Tenía mi cara y mis ojos, pero no podría creerme lo guapa que me había pintado. Miré a mi alrededor, buscandole, sabía que había sido él, solo a él se le ocurriría dejar uno de sus cuadros en mi rellano.
- Te gusta? - le oí decir desde la escalera.
- Me encanta, es precioso...
- Eres tú - dijo como quitándole toda la importancia.
- Esto es demasiado..
- Es mi regalo, para tu nueva casa, que quizá algún dia, quien sabe, sea la nuestra...
Y se marchó, sin más. Dejandome con el cuadro en las manos y el corazón en la boca.
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