A veces me sorprendo a mi misma pensando en ti y sonriendo. Supongo que todavía ganan los buenos recuerdos. No soy de las que guardan rencor eternamente, ni siquiera de las que recuerdan más de lo estrictamente necesario los malos momentos. Mis enfados tardan en desaparecer, lo que mi sonrisa en aparecer, y supongo que todavía recuerdas lo poco que es eso. No solo lo supongo, sino que lo espero. Espero que jamás se te olvide, que jamás se borre de tu mente, porque es mi única manera de torturarte.
Imagíname riendo, porque te aseguro que lo estoy haciendo, que lo he hecho y que lo seguiré haciendo por mucho, mucho tiempo.
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